Hoy se celebra en todo el mundo
el Bloomsday, el descenso a los
infiernos de Leopold Bloom, Stephen
Dedalus y Molly Bloom,
protagonistas del Ulises de Joyce.
Ulises es una de las
novelas que ha levantado críticas y opiniones de las más dispares. Hay quienes
aseguran que se trata de una novela sobrevalorada, demasiado larga y nada
conmovedora. Otros en cambio afirman que no se puede vivir sin leerla. Y la
gran mayoría confiesa no haber podido pasar de las treinta primeras páginas.
Aun así, siempre aparece Ulises entre los 10 mejores libros.
Más allá de cualquier opinión,
más o menos infundada, lo cierto es que el Ulises es un libro fundacional, de
un extraordinario ingeniero, espléndidamente escrito a pesar de su complejidad
y de su absoluta superioridad, que sobrepasa la capacidad normal del lector.
Fernando Aramburu contó en una
entrevista que se podía vivir sin leer el Ulises como se puede vivir sin una
mano o sin las dos piernas pero añadía que todo aquel que profese pasión por el
arte literario por fuerza leerá o habrá leído el Ulises.
El Ulises es un placer arduo
y extenso. Su lectura reclama dedicación, tiempo, paciencia, (bienes
tristemente escasos en la actualidad), así como un propósito firme de superar
las no pocas dificultades textuales que el libro presenta. Para los que todavía
no la hayan leído quizás hoy es buen día para iniciar su lectura ya sea en su
totalidad, de principio a fin, o de una forma fragmentaria o en diagonal.
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