viernes, 13 de julio de 2012

LECTURAS DE VERANO


Desde hace ya bastante tiempo que asocio el verano a la inactividad y a la lectura, a partes iguales; y afortunadamente sin ningún atisbo de culpa. El verano es calor, tardes soporíferas, donde el tiempo lentamente se evade de la habitación en penumbra. De un modo u otro, el tiempo siempre se relaja en verano, y como si de una especie de reflejo condicionado se tratara es el momento en el que más nos apetece la literatura de evasión. Novelas más intrincadas y de cientos de páginas; novelas largas y enrevesadas, siempre intrigantes; novelas que nos inviten a vivir en ellas y a experimentar otras vidas que nos son ajenas pero que paradójicamente se nos vuelven totalmente familiares. Para mí el verano siempre es tiempo de lectura.


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